Si quieres medir la liquidez de una empresa, la fórmula es muy sencilla: solo debes tener muy claros los recursos de tu empresa y sus deudas y compromisos financieros.
El grado de liquidez se obtiene al sumar los activos corrientes (circulantes o de corto plazo) y dividirlos por los pasivos corrientes (obligaciones a corto plazo).
IL = Activos corrientes / Pasivos corrientes
Así de fácil puedes obtener una idea clara del estado de situación financiera por solvencia y liquidez de tu empresa.
Por ejemplo, imagina que tu empresa tiene unos activos corrientes mensuales de $65,1 millones.
Ahora, del lado de los pasivos, tienes una obligación mensual de $30,5 millones por pasivos corrientes.
Ahora apliquemos la fórmula:
$65,1 / $30,5 = 2,13
Si el resultado de la fórmula aplicada anteriormente es mayor a 1 significa que tu empresa es saludable, pues los activos corrientes son mayores que los pasivos corrientes.
Pero ojo, si es superior a 2 significa que hay más recursos de los necesarios, lo cual presenta oportunidades de mejora o crecimiento (para obtener mayores utilidades del exceso de activos) o permite contar con un fondo de contingencia.
Para mejorar la liquidez de tu empresa, puedes buscar la tercerización de servicios y la implementación de soluciones de pago por uso.
Por eso, deberías empezar por explorar soluciones como el renting de vehículos, para disminuir el costo de la gestión y mantenimientos de tus carros propios.